Scaperoom

  David Hume

Filósofo

Nací el 7 de mayo de 1711 en Edimburgo, Escocia, en una familia de la pequeña nobleza. Mi padre falleció cuando yo tenía apenas dos años, y mi madre se encargó de mi educación. A los 11 años ingresé a la Universidad de Edimburgo, donde estudié Filosofía y Derecho, aunque nunca completé estos estudios de manera formal. Desde joven, me sentí atraído por la filosofía y la ciencia, y a los 23 años me embarqué en un viaje a Francia que resultó ser fundamental para mi desarrollo intelectual. Durante mi estancia en La Flèche, redacté mi obra más ambiciosa: Tratado de la naturaleza humana, publicada en 1739-1740. Aunque esta obra no fue bien recibida en su momento, marcó el inicio de mi carrera filosófica.

A lo largo de mi vida, me dediqué al estudio de la filosofía, la historia, la economía y la política. Mi enfoque filosófico se basa en el empirismo y el escepticismo, y he sido reconocido por mi crítica a la causalidad y la inducción. Mi obra Investigación sobre el entendimiento humano (1748) es una revisión de mis ideas anteriores y ha tenido una influencia significativa en la filosofía moderna. Además, he escrito sobre temas como la moral, la religión y la política.

Fallecí el 25 de agosto de 1776 en Edimburgo. A lo largo de mi vida, me consideré una persona afable, sociable y moderada en mis pasiones. En mis últimos días, enfrenté la muerte con calma y sin remordimientos, lo que refleja mi enfoque racional y sereno ante la vida y la muerte.

Mis obras más destacadas fueron: 

1. Tratado de la naturaleza humana (1739–1740)
2. Investigación sobre el entendimiento humano (1748)
3. Investigación sobre los principios de la moral (1751)
4. Ensayos morales, políticos y literarios (1741–1742)
5. Diálogos sobre la religión natural (1779, póstuma)

Acertijo de scaperoom

La casualidad implica una relación temporal, pero, ¿qué es lo que causa el tiempo mismo?

04/06/25

¿Cuál es la influencia del mito en la construcción del conocimiento científico?

El mito ha desempeñado un papel crucial en la construcción del conocimiento científico, ha servido como un catalizador que ha impulsado la reflexión y el cuestionamiento.

En sus inicios, la humanidad recurrió al mito para explicar fenómenos naturales y existenciales, usando relatos simbólicos que ofrecían respuestas fundamentales sobre el origen del mundo, la naturaleza humana, y el cosmos. Los relatos no pretendían ser explicaciones lógicas ni literales, sino más bien representaciones simbólicas y significativas que tenían como objetivo dar sentido a la realidad.

Con el tiempo, el pensamiento científico surgió como una forma de conocimiento que buscaba comprender el mundo a través de la observación, la experimentación y la razón, sin embargo, este proceso no se dio en un vacío cultural, por el contrario, se desarrolló en un contexto impregnado de mitos, creencias y tradiciones. Además el mito ha influenciado en la forma en la que se comunica y se interpreta la ciencia, en ocasiones, los descubrimientos científicos se presentan a través de narrativas que enfatizan momentos dramáticos o personajes heroicos, creando lo que se conoce como "mitos científicos" estas narrativas pueden simplificar o distorsionar el proceso real de descubrimiento, omitiendo la complejidad y colaboración que caracteriza el avance científico.